
Rudy Kurniawan era muy conocido en las clases altas de Hollywood. Cuando uno quería hacerse con un Burdeos sumamente raro era el hombre a quien llamar. Su negocio de venta de vinos exclusivos iba como la seda.
Sin embargo, tras una investigación del FBI, se descubrió que los Borgoña que vendía por miles de dólares no eran más que botellas vacías. Procedentes de eventos exclusivos, Kurniawan se encargaba de rellenarlas con una mezcla de caldos, en su mayoría de California. Eso sí, antes de venderlas a precios astronómicos, les añadía una etiqueta debidamente trucada.
Por este motivo, se le acusó de cometer el mayor fraude que el mundo del vino haya vivido. Su fascinante historia ha dado pie a un documental ‘Sour grapes’ (2016) y a un libro de Peter Hellman, ‘In vino duplicitas’.
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