
El origen de la galleta marinera, hardtack o sea biscuit en inglés, se sitúa en el siglo XV. Una época de descubrimientos en la navegación donde este producto fue vital por su carácter no perecedero. De esta forma, abastecería las bodegas de los navíos durante sus largos viajes.
Para incrementar su durabilidad, a este tipo de torta hecha con poca levadura, se le extraía toda la humedad mediante un proceso de horneado lento. Sin embargo, el resultado era muy seco por lo que había que remojarlo en agua para poder tragarlo.
En 1792 John Pearson, de Newburyport (Massachusetts), hizo un pan similar solo con harina y agua, al que llamó pilot bread (‘pan de piloto’). Tiempo después este pasó a ser conocido como hardtack o sea biscuit (‘galleta náutica’).
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