
Ay, los lugares comunes. ¡Cómo nos gustan! Cómo amamos las conversaciones de ascensor que no llevan a ningún sitio pero nos dejan estar dentro de nuestra zona de confort. Tan a gustito. Sin tener que pensar y solo diciendo cosas que hemos repetido y oido decir una y otra vez
—Que bien que nades, la natación es el deporte más completo.
—Pues dicen que la dieta mediterránea es la mas sana.
—Bueno y tú, qué: la tortilla de patatas ¿Con o sin cebolla?
Por lo menos, en la tediosa y eterna discusión sobre lo que es paella, tenemos una receta original que puede callar algunas bocas.
Ni siquiera hay un consenso sobre cómo, dónde o quién inventó la tortilla de patatas, amigos. Ni siquiera se sabe si nació en Extremadura o en Bilbao. Muchos dicen que fue el general Tomás de Zumalacárregui quien la inventó para saciar el hambre del ejército carlista. Entonces llegan los navarros y dicen que tienen en sus manos el primer documento conocido en el que se hacía referencia a la tortilla de patatas, que al parecer es un escrito datado en 1817 dirigido a las Cortes de Navarra en el que se habla de que los habitantes de Pamplona consumían huevos mezclados con patatas y un poco de pan.
¡Pero espera! que si buscas un poco —solo un poco más— encuentras que la invención se le debería atribuir al cocinero belga Lancelot de Casteau, que publicó la receta en 1604 y que trabajó como cocinero de tres obispos de Lieja.
¿Acaba aquí la cosa? Claro que no. Al parecer, existe un libro llamado «La patata en España. Historia y Agroecología del Tubérculo Andino», escrito por el científico del CSIC Javier López Linaje, que sitúa el origen de la tortilla de patatas en la localidad extremeña de Villanueva de la Serena allá por el siglo XVIII. En la obra vemos documentos que hablan de la tortilla española en esta localidad en 1798, y atribuye su invención a Joseph de Tena Godoy y al marqués de Robledo.
¿Como entonces, si ni siquiera sabemos quien la inventó o cual es la receta original, vamos a atrevernos—vamos a OSAR— a decir que la tortilla española ha de ser con cebolla o sin cebolla?
¿Qué clase de pregunta es esa?
—Pues o creo que el zul es el mejor color del mundo
—¿Perdona? No amigo, el mejor color del mundo es clarisimammente el amarillo.
¿Cual es el mejor color del mundo? Pues eso.
¿Prefieres un coche o una moto? Pues eso.
Por lo menos, en la tediosa y eterna discusión sobre lo que es paella, tenemos una receta original que puede callar algunas bocas. Aqui, aunque las discusiones sobre qué es o no paella en twitter van a acabar llegando a los juzgados, sí que hay un consenso: hay diez ingredientes, digamos, oficiales que hacen de una paella la original. Así, en la entrada de wikipedia sobre Paella— que por cierto, parece un libro de los gordos con principio, nudo y desenlace— podemos ver que los ingredientes son 10: pollo, conejo, bajoqueta (judía verde), garrofón, tomate, arroz, aceite de oliva, agua, azafrán y sal.
Pero, ¿y qué pasa si a mi me gusta echarle carabineros a mi paella? Pues amigo mío: no pasa nada. ¡Sé creativo! Haz una paella de faisán como las que hace Danielli en Madrid (La cocina de Danielli, Serrano 224) y vas a ver como cuando te estés chupando los dedos no pasa NADA.
No matemos la creatividad en la cocina, y mucho menos cuando no hay una escuela detrás (o al menos una receta original). Para gustos (y perdón por el lugar común) los colores.
En definitiva, cuando nos pregunten: la tortilla de patatas: ¿Con cebolla o sin cebolla? La respuesta correcta sería algo así como: Mira, no me aburras y cuéntame algo nuevo porque esta historia ya me la sé.
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